Damn, hace un buen que no escribo... Aquí y afuera... He estado pasando por un montón de cosas. Como digo en la chamba, esto parece una serie larga, larga... A veces es una sitcom, con mucho humor y situaciones graciosas; a veces parece Los Simpson, a veces una cosa bien lacrimógena y patética. Anyway, that is life...
Ayer fui a la conferencia de Isha en el WTC (gracias al buen tip de mi amiga y sensei Ximena) y fue raro confirmar que, en efecto, muchísima gente (MUCHÍSIMA) está buscando una guía, una solución, una explicación... Este final de los tiempos está muy gruexo...
A ver si me explico en próximos mensajes (si los hay)...
jueves, 23 de octubre de 2008
martes, 15 de julio de 2008
!!!Ya está en la Gandhi!!!
Después de mil años de no escribir aquí, regreso con un notición: gracias a la noble labor de mi editor y amigo Sergio Santiago Madariaga (que los dioses bendigan su alma), por fin entra LOVECRAFTIANA a la librería Gandhi. Esto me ha dado un gusto infinito, inexpresable... Ojalá que se puedan dar una vuelta por cualquiera de las sucursales y pedirlo... Lo agradezco infinitamente desde aquí.
Sergio: te debo unas frías. Una botella del más caro, más bien. Muchas gracias, manito.
Sergio: te debo unas frías. Una botella del más caro, más bien. Muchas gracias, manito.
domingo, 10 de febrero de 2008
Uno de los artículos del librito...
Damn! Según yo iba a escribir chorros acá, pero la realidad me gana... Mientras genero cosas, pongo un link a uno de los artículos del librito, publicado en la revista electrónica Quinta Dimensión, para que los interesados vean más o menos de qué va:
http://www.quintadimension.com/article275.html
A ver si les gusta.
http://www.quintadimension.com/article275.html
A ver si les gusta.
lunes, 21 de enero de 2008
¿Y qué es Lovecraftiana?
Yo muy feliz con mi blog nuevo y se me olvidó decir qué es el libro Lovecraftiana: una colección de ensayos breves acerca del mal, el horror literario y fílmico, el black metal y más. Algunos de los textos ya habían aparecido en fuentes impresas y electrónicas, algunos son relativamente nuevos, y entre todos conforman un corpus más o menos coherente (creo).
Los títulos de los ensayos son: "Pequeña meditación sobre el mal", "Réquiem por Fangoria en español", "Seven: noticias de la oscuridad urbana", "Maestros del Horror", "Black metal: la música del Apocalipsis", "Reflexión sobre una muestra de horrores", "La palabra oscura", "Las pesadillas de Stephen King", "El primer Clive Barker", "Horror, sociedad y deshumanización en tres cuentos de Douglas E. Winter", y "Lovecraftiana".
En el futuro espero colgar algo de estos ensayitos aquí y comentarlos.
Comercial: el librito también está a la venta en Mercado Libre México; lo pueden encontrar buscándolo directamente por el título o con el usuario Blackmaster2004. Thanks a lot!
Los títulos de los ensayos son: "Pequeña meditación sobre el mal", "Réquiem por Fangoria en español", "Seven: noticias de la oscuridad urbana", "Maestros del Horror", "Black metal: la música del Apocalipsis", "Reflexión sobre una muestra de horrores", "La palabra oscura", "Las pesadillas de Stephen King", "El primer Clive Barker", "Horror, sociedad y deshumanización en tres cuentos de Douglas E. Winter", y "Lovecraftiana".
En el futuro espero colgar algo de estos ensayitos aquí y comentarlos.
Comercial: el librito también está a la venta en Mercado Libre México; lo pueden encontrar buscándolo directamente por el título o con el usuario Blackmaster2004. Thanks a lot!
domingo, 20 de enero de 2008
Hace mil años, en una revista...
Hace mil años, en una revista de cómputo, escribí una columna que relacionaba (o intentaba relacionar) la tecnología con las humanidades (uy). Bajo el seudónimo de Adolfo Rojas Ayala, intentaba explicarme algunas contradicciones del espíritu (doble uy). Aquí pego la primera columna, de mayo de 1999, porque creo que viene bien al tiempo que aún estamos viviendo. Se llamaba "Una distancia de siglos". Aquí está, pues:
El poeta y pintor William Blake escribió que todas las deidades residen en el pecho humano, y que el individuo se ha olvidado, por influencia del excesivo peso que les otorgó un día a los bienes terrenales, de los terribles y maravillosos poderes que residen en su interior. De estos últimos tenemos noticia, de vez en cuando, ante una coincidencia, un pequeño o gran milagro, o la intervención de un deus ex machina que se manifiesta y nos salva de la mediocridad, la muerte violenta o el suicidio lento que son la impronta de las grandes y deshumanizadas urbes de nuestros días.
¿A qué viene esta barroca parrafada? Tiene su origen en las imágenes que las pantallas electrónicas ofrecen: la crónica mediatizada de la enésima y absurda guerra de la humanidad contra la humanidad. Sin entrar en disquisiciones que no conducen a nada --tolerancia y medida ante todo--, puede afirmarse que el hmbre continúa siendo el semimono que descubre el poder mortal del hueso como cachiporra, a la vez que encarna el anhelo de alcanzar las estrellas y conocer lo que hay más allá de la negrura (imágenes de 2001: odisea del espacio, de Stanley Kubrick).
Contamos con avances que parecen obra de tecnologías extraterrestres (que lo fueran en realidad probaría que no estamos solos en el Universo, y esta idea también sería consoladora, pero...); sin embargo, continúan acompañándonos hambres, guerras, enfermedades y muertes inútiles al por mayor, jinetes apocalípticos que ahora son más visibles porque aparecen en un entorno de supuesta armonía y globalización.
Odios, envidias, intolerancia: humanidad. Pero también amor y amores, solidaridades varias e impresionantes, y fantasías y artes y un yo que se maravilla ante los crepúsculos y ante la espléndida arquitectura de un gato que se despereza.
Y sí, de pronto es palpable que, con todo y todo, el hombre no ha sido capaz de moverse a la par de la tecnología que surge de sus manos. Lo mismo da una muerte con una quijada de burro que otra con megatones. El resultado es el mismo: el dolor, la vergüenza, la nada.
Por supuesto, no es el camino abandonar o rechazar la tecnología. No: ésta es una de las grandes cosas que el hombre ha creado, y mejora las vidas de millones de personas. El problema es que la evolución no ha sido total, y en ocasiones sólo cambia la manera en que la carne y los huesos se transforman.
¿Qué vía seguir? Aquella que permita a quien lo desee, así sea por un mínimo instante, reencontrarse con las deidades olvidadas y salvar la distancia de siglos entre los hombres y los hombres.
El poeta y pintor William Blake escribió que todas las deidades residen en el pecho humano, y que el individuo se ha olvidado, por influencia del excesivo peso que les otorgó un día a los bienes terrenales, de los terribles y maravillosos poderes que residen en su interior. De estos últimos tenemos noticia, de vez en cuando, ante una coincidencia, un pequeño o gran milagro, o la intervención de un deus ex machina que se manifiesta y nos salva de la mediocridad, la muerte violenta o el suicidio lento que son la impronta de las grandes y deshumanizadas urbes de nuestros días.
¿A qué viene esta barroca parrafada? Tiene su origen en las imágenes que las pantallas electrónicas ofrecen: la crónica mediatizada de la enésima y absurda guerra de la humanidad contra la humanidad. Sin entrar en disquisiciones que no conducen a nada --tolerancia y medida ante todo--, puede afirmarse que el hmbre continúa siendo el semimono que descubre el poder mortal del hueso como cachiporra, a la vez que encarna el anhelo de alcanzar las estrellas y conocer lo que hay más allá de la negrura (imágenes de 2001: odisea del espacio, de Stanley Kubrick).
Contamos con avances que parecen obra de tecnologías extraterrestres (que lo fueran en realidad probaría que no estamos solos en el Universo, y esta idea también sería consoladora, pero...); sin embargo, continúan acompañándonos hambres, guerras, enfermedades y muertes inútiles al por mayor, jinetes apocalípticos que ahora son más visibles porque aparecen en un entorno de supuesta armonía y globalización.
Odios, envidias, intolerancia: humanidad. Pero también amor y amores, solidaridades varias e impresionantes, y fantasías y artes y un yo que se maravilla ante los crepúsculos y ante la espléndida arquitectura de un gato que se despereza.
Y sí, de pronto es palpable que, con todo y todo, el hombre no ha sido capaz de moverse a la par de la tecnología que surge de sus manos. Lo mismo da una muerte con una quijada de burro que otra con megatones. El resultado es el mismo: el dolor, la vergüenza, la nada.
Por supuesto, no es el camino abandonar o rechazar la tecnología. No: ésta es una de las grandes cosas que el hombre ha creado, y mejora las vidas de millones de personas. El problema es que la evolución no ha sido total, y en ocasiones sólo cambia la manera en que la carne y los huesos se transforman.
¿Qué vía seguir? Aquella que permita a quien lo desee, así sea por un mínimo instante, reencontrarse con las deidades olvidadas y salvar la distancia de siglos entre los hombres y los hombres.
El principio del fin...
¡Saludos!
Primera entrada en este blogcito y es para hacer un anuncio: ya está disponible mi primer libro, LOVECRAFTIANA, publicado por Samsara, en el sitio de la editorial (www.samsaraeditorial.com), o en el Centro Cultural Policial (Revillegigedo y Victoria, a dos cuadras del Metro Juárez, en el DF), donde se encuentra la exposición Asesinos Seriales y Pena de Muerte... También lo pueden adquirir conmigo, but of course...
Acá nos estaremos viendo.
Primera entrada en este blogcito y es para hacer un anuncio: ya está disponible mi primer libro, LOVECRAFTIANA, publicado por Samsara, en el sitio de la editorial (www.samsaraeditorial.com), o en el Centro Cultural Policial (Revillegigedo y Victoria, a dos cuadras del Metro Juárez, en el DF), donde se encuentra la exposición Asesinos Seriales y Pena de Muerte... También lo pueden adquirir conmigo, but of course...
Acá nos estaremos viendo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)